Hoy en día aún existen prejuicios para ir al psicólogo, aunque en las conversaciones cotidianas parezca estar bastante normalizado, aconsejando a los demás para que acudan a consulta. Pero cuando se trata de uno mismo, se nos sigue disparando la frase: “No estoy tan mal”
El estar mal, dependerá de muchos factores, tanto personales como del contexto donde se originan, pero uno de los más importantes que hay que tener en cuenta es, cuanto interfiere el malestar en nuestro día a día, sin que por ello tengamos que estar hablando de un trastorno o patología.
En consulta se podrán resolver situaciones como:
· Recibir asesoramiento sobre cómo gestionar alguna relación familiar
· Cómo gestionar alguna relación de amistad
· La toma de decisión de algo importante
· Encontrar una solución para una situación muy concreta
· Cómo llevar un proceso de duelo
· Cómo hacer frente a una determinada emoción (normalmente tristeza o rabia persistentes).
· Cambio en su etapa vital al que no se están adaptando tan bien como desearían.
Son algunos ejemplos que, con ayuda y asesoramiento, aplicando las técnicas y pautas adecuadas, son de fácil solución.
En la actual sociedad en la que vivimos, no es fácil pararse y reflexionar sobre ello, pero al final, el alargar en el tiempo estas situaciones problemáticas, pueden derivar en patologías y trastornos mas serios.
A veces, en la vida, hay que hacer un parón, dedicarse algo de tiempo y buscar el propio bienestar emocional. Solo si tu estás bien, podrás hacer feliz a los demás.
Estos son algunos de los trastornos más frecuentes.
- Ansiedad
- Trastornos del estado de ánimo (depresión)
- Estrés
- Trastornos del sueño
- Fobias
- Trastornos de personalidad
- Baja autoestima
- Duelos y perdidas
- Trastornos adaptativos
- Conflictos de pareja
- Trastornos relacionados con la alimentación
- Adicciones con y sin sustancias
- Resolución de problemas y toma de decisiones
- Mediación
- Orientación vocacional y profesional